• Cómo “Hecho en China” puede convertirse en “Hecho por China”
  • Cómo el sector manufacturero chino está progresando para cambiar su imagen
  • “Hecho en China 2025” – ¿Convirtiendo a uno de los mayores fabricantes del mundo en uno de los más seguros?

El índice de competitividad global en la industria manufacturera 2016 elaborado por Deloitte clasifica a China como el país manufacturero más competitivo del mundo. Entre 2010 y 2015, las exportaciones chinas crecieron un promedio anual del 5,7%, de $1,75 billones a $2,3 billones. Encontramos “Hecho en China” impreso en una amplia gama de productos, desde ordenadores a vehículos, pasando por maquinaria pesada e incluso en jarrones Ming decorativos (réplicas, naturalmente).

Si bien las exportaciones chinas han crecido de forma constante desde que el país realizó reformas económicas, el tipo de productos exportados ha ido cambiando con los años. China ha ido avanzando en la cadena de valor pasando de la manufactura basada en el ensamblaje a la exportación de piezas y maquinaria de alta calidad. Las industrias también se están involucrando lentamente en el proceso de producción completo, desde la innovación y el I+D hasta la producción. Por ejemplo, los fabricantes de juguetes chinos han prosperado hasta convertirse en marcas por derecho  propio, desviándose de la fabricación por contrato.

La reputación de China como centro de fabricación no ha sido siempre favorable y el país ha luchado para que desaparezcan las percepciones negativas con un claro éxito tanto a nivel local como global. Un gran número de consumidores de ingresos medios prefieren ahora artículos fabricados en China antes que sus equivalentes de importación. En 2011, la opinión que tenían los consumidores locales de los fabricantes locales de productos electrónicos no era la nada buena; los consideraban poco más que impostores baratos de baja calidad. Esto cambió en 2015. Ocho de las diez marcas de smartphone más vendidas localmente eran chinas, con Huawei y Xiaomi en los puestos superiores.

Globalmente, China está empezando a ganar credibilidad como fuente de bienes tecnológicos. La creciente calidad y experiencia tecnológica es evidente en el cambio de la composición de las exportaciones del país. En 1995, la maquinaria y los productos electrónicos eran solo el 18,6% del total de las exportaciones. Esto ascendió al 29,25% en el año 2000 y alcanzó el 43,34% en 2017. Las marcas chinas entraron en la lista de las diez marcas de smartphone más vendidas en el mundo en 2018 con Huawei en el puesto número tres con 152 millones de unidades distribuidas a nivel global.

Acción medioambiental – Reglamento chino revisado

En 2014, varios informes hallaron que el agua de las capas freáticas, el agua de superficie y el suelo estaban contaminados. Ese mismo año, China modificó la Ley de Protección Medioambiental (EPL, de sus siglas en inglés). La Ley Revisada tenía como objetivo acabar con las contaminantes fábricas textiles, así como imponer obligaciones más estrictas para evitar la contaminación y controlar todas las otras industrias. Tanto las empresas locales como las multinacionales podían ser multadas o imputadas si no cumplían dichas leyes.

Hacia finales de 2016, las autoridades provinciales y municipales investigaron un total de 647.000 proyectos de construcción relacionados con violaciones medioambientales y rectificaron 618.000 (95,6%) de ellos. Además, en estos momentos hay 559 organizaciones judiciales especializadas en casos relacionados con recursos medioambientales. En tan solo dos años (2014-2016), el Tribunal Popular ha recibido 300.000 de estos casos, 2,5 veces el número combinado de casos de la década entre 2002 y 2011 (Fuente).

En 2017, una encuesta de Riesgo del Agua en China halló que aunque los fabricantes están volviéndose más ecológicos, este proceso conlleva un sacrificio significativo. De los 85 fabricantes textiles encuestados, más del 50% han gastado más de 2 millones de RMB en su conformidad con los nuevos estándares y el 81% tienen planes de inversión futura.

Están asumiendo el coste de transformarse en una industria ecológica manteniendo al mismo tiempo el modelo de precios bajos y esto pone bajo una gran presión financiera a las pequeñas empresas que no tienen apoyo de las marcas ni del gobierno.  Ese año, funcionarios de más de 80.000 fábricas fueron amonestados, multados o imputados con infracciones penales y zonas industriales completas se cerraron temporalmente para obligar a los fabricantes a cumplir con la actualización de los estándares medioambientales.

“Fabricado en China 2025” – Nuevo plan de batalla de Pekín

Además de promulgar leyes y reglamentos de fabricación más estrictos, el gobierno chino ha desarrollado también una campaña dirigida a cambiar la opinión que el mundo tiene sobre sus exportaciones. Lanzada en 2015, Fabricado en China 2025, aspira a actualizar y modernizar completamente la industria china, erradicar las nociones preconcebidas de niveles inferiores de calidad y redefinir China como una potencia de fabricación de alta calidad.

El análisis de iniciativa del Cheung Kong Graduate School of Business (CKGSB) revela que el país todavía carece de una base fundamental tecnológica y de innovación. En estos momentos, el contenido nacional es comparativamente bajo en cuanto a productos de alta tecnología, mientras que el contenido extranjero comprende más del 50% de dichos productos de promedio. En algunas categorías de productos, tales como los componentes hidráulicos de alto nivel, China depende casi completamente de la producción extranjera. Hecho en China 2025 espera transformar a China del país fabricante más grande del mundo al más fuerte, mediante el establecimiento de industrias locales más independientes.

El mundo cambiante de los estándares globales de calidad

Para convertirse en un centro de fabricación de confianza mundial, China debe también mantenerse al día con los estándares en cambio constante de exportación internacional, que incluyen reglamentos más estrictos, pautas específicas y restricciones de cada mercado global. Las pruebas de Control de Calidad no se centran solo en la comprobación de que un producto está conforme con los reglamentos sobre seguridad. También determinan si la mercancía es apta para el uso y su desempeño es el esperado por el usuario final. Una evaluación detallada de la vida útil de un producto ayuda a los proveedores a mejorar sus diseños, servicios y satisfacción del cliente. Además, los laboratorios pueden realizar comparaciones entre los productos de proveedores diferentes y desarrollar una visión más amplia de las industrias concretas.

Otro aspecto esencial de los estándares de control de calidad es la auditoría de cualquier fábrica o planta de fabricación. Una evaluación debe determinar que las instalaciones poseen el equipo necesario para la producción y que la maquinaria y herramientas están correctamente calibradas y mantenidas de forma adecuada.

Además de controlar las pruebas de muestreo previas a la producción y de producción, las pruebas anteriores al embarque también son cruciales y garantizan que el producto enviado es el mismo que el pedido y esperado.

Cómo las pruebas independientes garantizan una mayor seguridad de los juguetes chinos

A través de los años, los estrictos protocolos de pruebas generados por un enfoque en la seguridad y satisfacción del cliente han mejorado los procesos de fabricación del país.

Tomemos la producción de juguetes como ejemplo. El fabricante o importador de juguetes fabricados en China debe garantizar que todos los productos están conformes con los reglamentos sobre seguridad del mercado de destino, que son extremadamente estrictos porque los usuarios finales son niños.

En los Estados Unidos, la Ley de mejora de la seguridad de productos para consumidores  (CPSIA, de sus siglas en inglés), supervisada por la Comisión de seguridad de productos para consumidores (CPSC, de sus siglas en inglés), regula todos los juguetes y productos importados para niños. Si los artículos tienen como destino la Unión Europea, deben llevar la marca CE que prueba su conformidad con la Directiva de seguridad de juguetes europea (2009/48/CE) y que han pasado el estándar EN 71 de las pruebas mecánicas, químicas y de flamabilidad.

Las pruebas independientes siguen siendo la mejor estrategia para que China genere confianza y una protección tanto para el país mismo como para los consumidores. El resultado de unos controles de calidad y procedimientos de pruebas competentes es que cada vez salen de China más productos de alta calidad hacia los mercados internacionales.

¿De “Hecho en China” a “Hecho por China”?

China se está convirtiendo rápidamente en algo más que un simple centro de fabricación, también es un lugar de innovación tecnológica. Una progresión evidente es la creciente contribución del país al mundo de la electrónica y la maquinaria y su ascenso en la cadena de valor, con marcas chinas reconocidas cada vez más por derecho propio a nivel local y global. Los pasos del país hacia su conversión en un lugar respetuoso con el medioambiente también favorece la competitividad de los fabricantes entre las marcas y consumidores cada vez más conscientes de la importancia del medioambiente. Por lo demás, con los salarios y alquileres de la vivienda en aumento constante en China, los países del ASEAN se están convirtiendo en opciones más favorables para las marcas. Un informe halló que el coste medio de la mano de obra en China es de $15-18 por día. Este coste es de $7 por día en Vietnam y de $9 en Indonesia. Por tanto, la actualización de las capacidades de fabricación es crucial si China quiere seguir a la cabeza de la competición.

 

Si bien estos cambios han tenido un precio, el mercado chino sigue creciendo. En 2015, el gasto del consumidor aumentó en aproximadamente un 13%, comparado con el 7% de crecimiento del PIB.

Según el Sistema de alerta rápida de la comisión europea (RAPEX), el número de alertas basadas en la UE sobre ropa, textiles y juguetes fabricados en China siguen en descenso año tras año, de 694 alertas en 2013 a 540 en 2016. A pesar de que ciertas percepciones sobre la etiqueta “Fabricado en China” pueden tardar un tiempo en desaparecer, la realidad es que los productos chinos están mejorando su calidad notablemente. Tras los esfuerzos recientes de modernizar el sector manufacturero nacional, no tenemos razones para dudar de la continuación de esta tendencia.